Tras la decisión que se dio a conocer el martes 6 de febrero, cuando el presidente y director ejecutivo de la universidad, Kwang-Wu Kim, anunció que habrá un paro inmediato de contrataciones, ya que el déficit se ha doblegado desde el comienzo de la huelga que se llevó a cabo durante el semestre de otoño 2023, la cual duró siete semanas.
Esta decisión se produce luego de que la universidad entrará en déficit tras la huelga del semestre de otoño 2023, que duró siete semanas. Inicialmente, se estimaba un déficit de 18.5 a 19 millones de dólares, pero actualmente alcanza los 38 millones.
Debido a esto, se dio a conocer el 9 de febrero, a través de un correo electrónico, por Kim, que el costo de la matrícula universitaria aumentará un 5% para los años escolares 2024-2025.
Para muchos estudiantes esto se ha convertido agobiante y los hace cuestionar si en realidad quieren seguir dentro de esta institución.
La estudiante de primer año de música, Kayla L. Morris-Macias, proviene de un hogar de madre soltera y de bajos ingresos. “Estoy aquí prácticamente con ayuda financiera completa [y] con becas”, añade, “me preocupa porque fue una de las razones principales por las que vine aquí porque recibí más ayuda en comparación con otras escuelas”.
De tanta ayuda que recibió, ahora el hecho de que la universidad está endeudada, tiene a Morris-Macias, en duda. “Te hace preguntarte por qué… Dr. Kim tiene un aumento salarial tan alto en comparación con otros trabajadores”.
Por el contrario, los estudiantes que cursan su último año universitario, no recomendarían venir a Columbia como estudiante debido a lo sucedido.
Abad Viquez, quien es estudiante de periodismo con una discapacidad llamada Sacral Agenesis, utiliza silla de ruedas y dice que durante su tiempo aquí ha enfrentado falta de accesibilidad y comprensión, ya que la universidad no cuenta con botones accesibles para abrir las puertas de los salones.
“No [les] importa lo de mi condición, lo de mi discapacidad, eso no me da tristeza, sino que me enojo porque realmente o sea yo estoy pagando, bueno mi beca está pagando un montón para que ellos no me entiendan que yo sufro”, añade “porque yo todavía voy a tratar de aprender, llegar a clase a tiempo y tratar de hacer todo lo que pueda para poder graduarme”.
A pesar de que ya está cerca de cerrar su ciclo universitario, Viquez aún considera la posibilidad de irse de Columbia, más aún que sus padres también han demostrado preocupaciones.
“En diciembre del 2023 estaba pensando irme por lo de la huelga porque según estaban diciendo que la huelga iba a durar hasta ese semestre. Realmente mis papás estaban convencidos de que…”no estás aprendiendo nada, estás gastando tu tiempo ahí”, ‘’porque no te vas a Northeastern o a otro lugar que te den una buena beca. “Todavía lo estoy pensando” .
“Que no vengan a Columbia y busquen otro lugar o otra escuela a donde ir”, expresó el futuro periodista.
Después de escuchar que los amigos de su hermana están interesados en Columbia, Stephanie Arteaga, quien estudia fotografía, opina que la universidad vende una imagen irreal a prospectivos alumnos, ocultando los problemas internos.
“Pero en realidad, eso no es exactamente lo que todos nosotros tenemos; hay muchos problemas que se tratan de la escuela y los estudiantes. Me preocupa un poco cuando oigo de otra gente que va a asistir a Columbia, cuando [la escuela] no son honestos con los nuevos con sus problemas”, expresó con inquietud.
Para Josephine Mendoza, quien está en su segundo año de estudios de moda, con una concentración en el desarrollo de productos, Columbia siempre fue su escuela de sueño.
“No diría que me arrepiento [de haberme transferido acá] pero si estoy cansada de [pensar] cómo será el futuro”.
Ahora que ya es una estudiante acá, se ha mantenido muy informada sobre estos temas que afectan directamente a los estudiantes.
Mendoza ha notado cambios en sus clases, dice que sus clases usualmente eran de 20 personas, pero ahora dice tener casi 75 personas. Piensa que este problema no va a mejorar.
“Espero que se hagan más grandes aún”, ella dijo.
“Estoy preocupada de cómo la gente en el poder no están escuchando a voces más pequeñas, especialmente profesores de medio tiempo y los estudiantes también”, dijo Mendoza. “Veo muchas publicaciones y comentarios de estudiantes sobre cosas que no se abordan, y que no hemos recibido correos electrónicos ni nada así”.
Muchos estudiantes, como Daniel Huerta, quien estudia música y está en su penúltimo semestre, es testigo de la cantidad de estudiantes que piensan transferirse aquí.
“Todo comenzó desde la huelga y ver cosas en la escuela que les hace sentir como que no reciben lo mejor de lo que están pagando”, opinó.
A pesar de los desafíos que se han enfrentado los últimos meses, como muchos estudiantes, Huerta trata de mantener una actitud positiva tras concluir su tiempo dentro de esta institución.
“Al fin del día, tengo que aceptar mis circunstancias y esperar con ansias lo que se me espera [en la vida] después de esto”.
English Digest
President and CEO Kwang-Wu Kim announced this week that the college’s financial deficit has grown to $38 million from about $18.5 million to $19 million at the beginning of last fall. Kim also announced an immediate “and complete” hiring freeze and said the university needs to identify $19 million in cuts, or the equivalent of 125 positions.
Kim said the increase in the deficit is due to the $13 million in one-time costs of a seven-week strike by part-time instructors in the fall. He added that tuition will have to go up to keep the university afloat. Between the 2022-23 to 2023-24 school years there was a 5% increase.
For many Latinx students, this has become overwhelming and makes them question whether they really want to continue within this institution.